«Siempre parece Imposible hasta que se hace».
Nelson Mandela
Durante años, hubo una hazaña que para el mundo, era poco más que imposible para el ser humano. Incluso, médicos de la época lo decían.
Si lo intentas, puedes morir, o como mínimo sufrir graves lesiones.
Fue durante muchos años un obstáculo. Hasta que en 1954 una persona comprobó que no era así.
Se trata de correr la milla en menos de 4 minutos (1,609 metros en menos de 4 minutos).
El 6 de mayo de ese año, Roger Bannister logró romper esa barrera que hasta entonces se consideraba imposible. Logró lo que los médicos habían dicho que podría ser el motivo de su muerte.
Corrió la milla en 3 minutos con 59 segundos.
Su nombre, como es de esperarse, quedó inmortalizado en los anales de la historia deportiva. Aunque en realidad, pocas personas han oido hablar de él.
Pero eso no es lo más interesante de esta historia.
Resulta que, solo 46 días después, el australiano John Landy repitió la hazaña. Esta vez rompiendo el record que ahora le pertenecía a Bannister. Con un tiempo de 3 minutos y 58 segundos.
Y aún más extraordinario fue que durante los siguientes meses, más y más atletas lograban romper la marca de los 4 minutos.
Fue como si de pronto todos abrieran los ojos ante una nueva realidad y se lanzarán a conquistar la hazaña. Como cuando el primer hombre escaló el Everest y luego siguieron muchos más.
Sin saberlo, Bannister había roto una barrera, pero no una barrera física. No era un muro infranqueable, o algo que fuera incapaz de realizar el ser humano.
Bannister destrozó una barrera mental. La que les decía a todos que era imposible, la que impedía que otros lo intentaran, la que hasta los médicos decían que no solo no se podía, sino que era peligros.
Las barreras mentales son obstáculos mucho más grandes y difíciles de sortear que las barreras físicas.
Como cuando te dicen que no puedes montarte un negocio online y vivir de él.
O que tienes que trabajar para una gran empresa durante 40 años hasta que te jubiles y disfrutes en tus años dorados de una buena vida.
O como cuando te dicen que vender es algo con lo que se nace.
Todos estos ejemplos, son barreras mentales, barreras que te has impuesto, que te han impuesto.
Porque se puede vivir de un negocio online.
Puedes tener una buena vida sin un trabajo y disfrutar en este momento y no cuando estes demasiado viejo y cansado para hacerlo.
También puedes vender aún si crees que naciste sin la habilidad de vender. Es más, puede que hasta tengas más oportunidades de hacerlo y tener un negocio rentable cuando no sabes nada de ventas, que cuando te has leído los manuales típicos del vendedor.
Aunque claro, una ayuda nunca está de más.
Bien, si tu objetivo es abandonar tu trabajo y montártelo por tu cuenta, no soy la persona indicada, en serio. Ni siquiera te lo recomendaría. Esa es una hazaña bastante difícil de lograr, aunque no imposible.
Pero si quieres aprender a vender con los textos de tu web, que en esencia es transferir las habilidades de venta a la escritura, entonces puede que te interese suscribirte a la news.
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