
Cuando tenía 9 años de edad, perdí medio diente de uno de los frontales.
Un par de amigos y yo habíamos estado espiando a la chica que nos gustaba. Tocábamos el timbre de su departamento y luego nos escondíamos para observarla de lejos.
Eramos bastante ñoños debo decirlo. Nos contentábamos con ver a aquella niña tan guapa a la distancia, era para nosotros una satisfacción.
Pero también debo decir que no eramos nada listos, pues ese día repetimos la operación de tocar el timbre y escondernos como tres veces.
Cualquiera en su sano juicio, sabría que no iba a funcionar una cuarta vez, a menos que la persona fuera igual de lista que nosotros, lo que no fue el caso.
Esa cuarta vez, yo estaba detrás de mis amigos, cuando se acercaron a tocar el timbre. Ni bien habían llegado se abrió la puerta, salió una señora gritando e insultando.
Yo, sin saber que hacer me quede quieto unos instantes. Pensé en hacerme el que no sabía nada y simplemente saludaría a la señora, pero fuí víctima del pánico.
Comencé a correr. De pronto, sin darme cuenta, me acerqué a un escalón, tropecé y fui a dar directo al piso sin siquiera poder meter las manos, cayo primero mi cara y luego el resto de mi cuerpo.
Bueno, en realidad cayo primero mi diente. Sentí una sensación de frio y ardor en la boca, me levanté y seguí corriendo.
Cuando estuvimos lejos, uno de mis amigos comenzó a reirse de mi, fue cuando me di cuenta de que había perdido medio diente en toda la maniobra.
Por semanas, tuve problemas de sensibilidad en dicho diente y una autoestima dañada por haber arruinado mi sonrisa.
Puede que te parezca gracioso ahora, pero eso mismo le sucede a muchos negocios online. No me refiero a que pierdan un diente. Me refiero a que hacen las cosas con poco sentido común.
Cosas como escribir los textos de su sitio web hablando de sus años de experiencia o del equipo multidisciplinar de su empresa o de que su misión, visión y pasión es tu cliente.
Cosas que no dirían en una charla uno a uno con tu cliente, pero que por alguna razón las ponen en su web. Para parecer más profesional, para parecer que saben de lo que hablan, para parecerse a tu competencia.
Y es ahí donde tu negocio está perdiendo ventas. Puede que incluso muchas ventas.
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