La razón por la que deje mi empleo, y no fue para perseguir mi pasión

Por qué dejé mi empleo

Hace ya algunos años que dejé mi último empleo. Dejé la «seguridad» de un sueldo para buscarme la vida por cuenta propia.

Nunca me he considerado más listo que nadie. Pero mientras trabajaba en dicha empresa, pensaba que el mismo esfuerzo que ponía en ella podría ponerlo en algo para mí.

Unos días antes de mi último día en la empresa, un compañero me dijo algo que recuerdo como si hubiera sido ayer. Me dijo:

«¿Sabes cuánta gente quisiera el puesto que tú tienes?»

Puede que tenga razón, no lo sé. Supongo que hay mucha gente que busca un empleo con buenas prestaciones, con la certeza de que cada quincena recibirán su sueldo. Aunque este sea siempre el mismo y esté condicionado a tu jefe y nunca al esfuerzo que realices.

Lo que sí sé es la razón por la cual deje mi trabajo. No fue para buscar mi pasión, ni para encontrarle sentido a mi vida, ni para trabajar en mi verdadero propósito de vida. Nada de eso. Fue algo más sencillo, pero con mucho más peso que todo eso junto.

Fue por miedo.

Sí, miedo de vivir una vida en la que tuviera que pedir permiso para llevar a mi esposa al doctor.

Miedo del tráfico de camino a la oficina, de que me dijeran cuando debía trabajar, cuando comer, cuando divertirme.

Miedo a vivir mis días trabajando en algo que detestaba, tratando con gente que detestaba, fingiendo que no detestaba nada de aquello, y encima, bajando la cabeza y agradeciendo a mis jefes por vivir una vida así.

Ese miedo, un miedo latente, un miedo paralizante, es algo que me impide rendirme, que me impide tirar la toalla y buscar refugio y «seguridad» en un empleo.

Más que un miedo, es un terror.

Gracias a ese miedo o terror, fue que tuve que buscar otras alternativas para ganarme la vida.

Supongo que el miedo me ha dejado sin alternativas.

Porque no podría enfrentarme a otra entrevista de trabajo en donde te preguntan cuales son tus principales virtudes y defectos y cosas sin sentido que les gusta preguntar a los de recursos humanos.

O empezar de cero en una empresa, para ir escalando poco a poco, para que dentro de 40 años llegue a un puesto de directivo, o me retiré, ya con más cansancio, ya con menos ganas de conocer el mundo, ya con pocos años para disfrutar de la vida.

Claro, tener una única opción tiene algo bueno y es que no te queda otra que encontrarla.

Aunque me lleve más tiempo del que me gustaría o del que me atreveré a admitir.

Con esto no quiero decirte que dejes tu trabajo. Para nada.

A lo mejor a ti si te gusta tu trabajo. Si disfrutas haciendo lo que haces.

O cómo un amigo, también en ese último empleo me dijo: «me aterra no saber cuánto voy a ganar cada mes». Es normal, no todos pueden lidiar con la incertidumbre.

Y también sé que mi vida no te importa. Lo que te quiero decir es que no importa si decides trabajar para alguien más o decides buscarte la vida de otra forma.

Hay una habilidad que sin importar cuál escojas, te ayudará en tu vida.

Es una habilidad que incluso Jeff Bezos, el CEO de Amazon, dice que es la principal habilidad para tener éxito en la vida.

¿Cuál es está habilidad?

Aprender a escribir bien.

Aunque no me refiero a aprender a escribir respetando siempre los signos de puntuación, ortografía y estructura. Claro que es importante eso, pero lo que es más importante es aprender a comunicar de forma clara tus ideas.

Y si eso te parece algo complicado, si eres de los que cada vez que quiere escribir un email o los textos de su web, se queda en blanco, entonces te interesa suscribirte a la newsletter.

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