
Thomas Smith escribió su teoría de la frecuencia en el libro Successful Advertising.
En ella define el número de veces que una persona debe ser expuesta a una publicidad antes de realizar una acción.
Y si eres de los piensan que enviar emails frecuentes es pesado y puede cansar a tu potencial cliente, después de leer está guía, puede que te lleves una sorpresa:
Te dejó los principios que Smith postuló aquí:
- La primera vez que una persona mira un anuncio, no lo ve.
- La segunda vez, no lo percibe.
- La tercera vez, es consciente de su existencia.
- La cuarta vez, recuerda vagamente haberlo visto antes.
- La quinta vez, lo lee.
- La sexta vez, lo curiosea.
- La séptima vez, empieza a molestarle el anuncio.
- La octava vez, dice «otra vez ese maldito anuncio.»
- La novena vez, empieza a pensar que se está perdiendo de algo.
- La décima vez, pregunta a sus amigos y vecinos si han probado el producto
- La undécima vez, se pregunta cómo puede la compañía pagar todos esos anuncios.
- La duodécima vez, piensa que el producto debe ser algo bueno.
- La decimotercera vez, empieza a pensar que quizás el producto tiene algo bueno.
- La decimocuarta vez, empieza a creer que el producto tiene valor.
- La decimoquinta vez, lo ansía.
- La decimosexta vez, piensa que algún día comprará el producto.
- La decimoséptima vez, anota que tiene que comprarlo.
- La decimoctava vez, maldice no poder comprarlo.
- La decimonovena vez, cuenta su dinero cuidadosamente para ver si puede comprarlo.
- La vigésima vez que ve el anuncio, compra el producto publicitado.
Bien, lo curioso es que esta teoría de la frecuencia la escribió Smith en el año 1885, y sigue hoy tan vigente como en aquel entonces.
Así que cuando pienses que estás siendo pesado con tu cliente por llamarle, por mandarle esos emails, regresa y vuelve a leer los principios.
Y te darás cuenta que puede que ni siquiera se acuerde de ti.
En la newsletter hablo de copywriting, de frecuencias de emails y de ventas.
Si te gusta la idea te suscribes aquí debajo.
P.D. Mando mails todos los días, así hasta que en el 20 me compres o te des de baja. O igual te gusta y te quedas mirando un rato.
Apúntate, es fácil.